Conste que no es fantasía lo que les voy a contar: los personajes son reales, viven en cualquier lugar, un matrimonio, la hija, los quince, evento social. Fecha y lugar nada importan: sucede en modesto hogar.
Juan de Dios, deja Bohemia y no empiece a cabecear. Hoy te estropeo la siesta porque tenemos que hablar. El mes que viene Florita a los quince va a llegar, a la edad color de rosa como dice la jailai y lo mismo que esa gente lo vamos a celebrar.
No me vengas que no hay plata, se la consigue prestá, y si es preciso se empeña que Dios nos ayudará. Sacrificar por los hijos es ley de la Humanidad, se debe haber promulgao desde los tiempos de Adán.
Hay que empezar por la casa. Hay que dar una lechá que empiece por la cocina y termine en el portal. La gente es muy criticona y en todo se va a fijar. Que si la casa está limpia, que si el adorno floral, que si el obsequio era bueno, que si gente era jai, que si el vestido era cheque, que patatín, que patatán... Yo no quiero que mi fiesta dé motivo a criticar. El que lo haga que su lengua se la pise al caminar de lo larga que la tiene por el vicio de chismear.
Y volviendo a la pintura: a Daniel hay que llamar pues nos sale más barato: uno le da el material, se le da almuerzo y comida y en meno que cante un gallo ya ´tá la casa pintá.
El problema del vestido lo tengo resuelto ya: un modelito precioso: será de organza rosá con un escote muy bajo y con falda acampaná. Florita etá bien p´a arriba, pero p´abajo, matá.
Hay que comprar azucenas para el adorno floral; los gladiolos e´tán muy caros y total, lucen igual con un poco de follaje y las arecas prestá que le pida a Domitila. No me las puede a negar, porque fui su única amiga cuando ella se fue a operar. Favor con favor se paga, ¡y me lo voy a cobrar!
Hay que llevarla al dentista: tiene tres muelas careá. No vaya a ser que por eso nadie la saque a bailar y sólo por compromiso dediquen el primer vals, como es costumbre que siguen en este evento social.
Lo bailará con Tatito, que está en la Universidad; es de muy buena familia y pronto terminará. Y puede que hasta se embulle y la conduzca al altar, que matrimonio y mortaja del cielo deben bajar.
La música está resuelta. Hoy uno puede alquilar un tocadiscos que toca doce discos sin parar. Diremos que la Aragón no la pudo amenizar por un contrato que tiene con una empresa radial y aunque movimos palanca no lo pudo cancelar.
Juan de Dios... Juan de Dios... ¡Si se ha dormío...! ¡Si hasta roncando está ya! ¿Qué no me oyó? ¡Peor p´a él, porque la fiesta se da! Cuando una madre se empeña la cosa adelante va, y aunque el marido no quiera, no puede dar marcha atrás. Y los quince de Florita, ¡Se tienen que celebrar!
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